(Córdoba, Veracruz 1939 – México D.F. 2012)
Miguel, fue uno de los últimos “memoriosos” de la cultura literaria del México posrevolucionario. Heredero directo de escritores e intelectuales de la talla de Salvador Novo, Jaime Torres Bodet y José Gorostiza, Capistrán será recordado como el quien rescató, ordenó y editó la obra literaria y plástica de los que formaban aquel “archipiélago de soledades” cuyo eje principal era la revista “Los Contemporáneos”.
Debido a su precoz inscripción al mundo de las letras, durante ocho años en que fue su asistente, Capistrán gozó de una productiva amistad con uno de los más prominentes miembros de esta agrupación, Salvador Novo, quien proclamó al joven Miguel su apto heredero como cronista de la ciudad de México y a quien le confió detalles íntimos de su vida personal y la de sus amigos escritores, artistas, actores, e intelectuales. Al alimón con el “Maestro Novo”, como Miguel lo recordaba con afecto, publicaron el libro “La vida en la ciudad de México en 1824” (1974).
Durante su larga carrera de investigador y escritor, Capistrán publicó varios libros monográficos, entre ellos se destacan: Crítica cinematográfica de Xavier Villaurrutia (1970); Los contemporáneos por sí mismos (1994) y Borges en México (1999, 2012).. De Villaurrutia reunió sus “Obras: poesía, teatro, prosas varias, críticas” (con Alí Chumacero y Luis Mario Schneider, 1966); editó varias ediciones de las “Obras” de Jorge Cuesta (con Luis Mario Schneider, 1994); la “Poesía y prosa de José Gorostiza” (con Martha Gorostiza y Jaime Labastida, 2007) y en los últimos años, “El edén subvertido: poemas de la revolución mexicana” (con Pável Granados, 2010) y “México se escribe con J. Una historia de la cultura gay” (con Michael K. Schuessler, 2010).
Entre sus varios premios, fue nombrado “Ciudadano Distinguido” por el H. Ayuntamiento Constitucional de Córdoba en 1997; Veracruzano distinguido por su trayectoria en investigación por el Centro Cultural y Social Veracruzano de la Ciudad de México en 2000; Premio «Jorge Cuesta» por el H. Ayuntamiento Constitucional de Córdoba, la Universidad Veracruzana y el Instituto Veracruzano de la Cultura en 2003.
En el momento de su lamentable deceso, Capistrán terminaba su discurso para ingresar como Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua. Afortunadamente, el texto será transcrito y publicado en las memorias de dicha institución a finales de este año.
Con su muerte, hemos perdido un eslabón fundamental que unía el mundo mexicano de las letras del siglo pasado a este. No obstante, su dedicación, conocimiento y talento serán resguardados para siempre por medio de sus libros, artículos, notas y otras publicaciones, que aún deben ser recopilados y editados: el mejor tributo a un hombre que rescató de archivos polvosos la obra inédita de tantos escritores mexicanos de renombre.