!["ALBERTO MAURICIO CASTILLO MAYA
(+ Ciudad de México 25 de julio de 1997)
Mauricio, fue el dolor de cabeza de Antonio Orendain, no era guapo -aunque Toño siempre lo vio con ojos de amor-, pero tenía mucho carácter, es casi seguro que se conocieran en El Taller, durante un buen tiempo fueron inseparables, y aunque Mauricio juraba y perjuraba que solo eran amigos, tal sentimiento y realidad no eran correspondidos por Toño, quien siempre estaba al tanto de las necesidades de Mauricio.
Mauricio se desenvolvía como chichifo, profesión a la cual honraba como el que más, de el escuche aquellas frases "el amor dura, lo que dura, dura" era bastante práctico y creía en el poder irresistible del dinero, cosa que hizo sufrir mucho a Toño. De haber escuchado sus consejos, seguro me hubiera ahorrado muchos dolores de cabeza.
Cuando Mauricio enfermó, tuvo a Toño día y noche al pie de su cama, cuidándolo, pues la gran mayoría de sus "clientes y conocidos" le dieron la espalda. Mauricio, se dedicó al viejo oficio para costearse su carrera de abogado, era muy bueno para las cuestiones legales prácticas, algo que nos vaticinaba tener un buen abogado en la familia, además era muy culto e inteligente, nos resolvió varias veces la vida. A su muerte, Toño le guardo varios años de luto.
Texto de @[1108392519:2048:Alonso Hernández] y @[1206004543:2048:Yo Soy Antoine]
Fotografía: Antonio Orendain
Apoyo técnico @[1073502189:2048:Gabriel M. Ríos de Bulnes]"](https://fbcdn-sphotos-a-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xaf1/v/t1.0-9/p320x320/582160_3477868341280_483479650_n.jpg?oh=3653aa12ebbda536b4f05ab4370137f5&oe=5587A26D&__gda__=1435172633_26b7cbe420057259ada33375c2f4040e)
(+ Ciudad de México 25 de julio de 1997)
Mauricio, fue el dolor de cabeza de Antonio Orendain, no era guapo -aunque Toño siempre lo vio con ojos de amor-, pero tenía mucho carácter, es casi seguro que se conocieran en El Taller, durante un buen tiempo fueron inseparables, y aunque Mauricio juraba y perjuraba que solo eran amigos, tal sentimiento y realidad no eran correspondidos por Toño, quien siempre estaba al tanto de las necesidades de Mauricio.
Mauricio se desenvolvía como chichifo, profesión a la cual honraba como el que más, de el escuche aquellas frases «el amor dura, lo que dura, dura» era bastante práctico y creía en el poder irresistible del dinero, cosa que hizo sufrir mucho a Toño. De haber escuchado sus consejos, seguro me hubiera ahorrado muchos dolores de cabeza.
Cuando Mauricio enfermó, tuvo a Toño día y noche al pie de su cama, cuidándolo, pues la gran mayoría de sus «clientes y conocidos» le dieron la espalda. Mauricio, se dedicó al viejo oficio para costearse su carrera de abogado, era muy bueno para las cuestiones legales prácticas, algo que nos vaticinaba tener un buen abogado en la familia, además era muy culto e inteligente, nos resolvió varias veces la vida. A su muerte, Toño le guardo varios años de luto.
Texto de Alonso Hernández y Yo Soy Antoine
Fotografía: Antonio Orendain
Apoyo técnico Gabriel M. Ríos de Bulnes