Gerencia de Transportación Ferroviaria PEMEX
Falleció Septiembre de 2009
Un hombre sin igual, recordado por todos como un amigo entrañable y solidario, lo recuerdo siempre alegre, con una sonrisa, siempre dispuesto a ayudar a los demás.
Noble de carácter y un funcionario ejemplar.
Conocí a Roberto en un bar de la Zona Rosa en el año 2004 o 2005, el era muy reservado y no se atrevió a hablarme dado que yo era muy joven en ese momento, fue su amiga quien me abordo para invitarme a sentarme con ellos dado que yo estaba solo, sólo bastaron un par de Vodkas Tónic para iniciar una amistad y desde ese momento fuimos inseparables, fuimos compañeros de parranda y cruda, nos ausentábamos durante días de nuestros puestos de trabajo y a veces al ver los celulares timbrar incansablemente sólo nos veíamos el uno al otro soltábamos una carcajada y nos servíamos otra copa, todos daban por hecho que teníamos una relación sentimental, cosa que nunca sucedió, pero tampoco me interesaba desmentir porque sabía que era lo que el deseaba y esa complicidad era lo único que yo podía ofrecer, admito que siempre fui consciente de su amor por mi; nuestra relación fue más bien una amistad de complicidades y fiestas interminables, paseos, noches de antro porque ambos éramos vecinos de la Colonia Juárez, y claro que lo quise y lo quiero con todo el corazón, un caballero perfecto hasta el final, me enseño muchas cosas que aún hoy en día recuerdo con una sonrisa; Roberto era el alma de las fiestas y el líder del grupo siempre, todos sus compañeros de Pemex lo recuerdan así, el que organizaba, brindaba apoyo y siempre tenía algo positivo que decir, al final tuvimos un distanciamiento cuando me fui al Caribe y regrese solo para encontrarme con la noticia de que una semana antes de mi regreso había muerto, a consecuencia de los traumatismos causados por un accidente. Y no hay día que no lo extrañe, fue mi mejor amigo, como mi familia, y es duro no poder haberme despedido.
Invito a aquellas personas que lo conocieron, recuerden su alegría que contagiaba a todos y su camaradería inagotable.
Mi Robert, donde te encuentres te mando miles de besos y abrazos y recuerda que nadie como tu me envió tantas flores y peluches a mi casa u oficina por tan variados y alocados motivos con tal de arrancarme al menos una sonrisa. Te amo amigo, siempre vivirás en mi corazón.
Le sobrevive un hijo al que quería más que a nadie en este mundo y su Mama, de quien siempre me hablaba con mucho orgullo.