CESAR RINIET

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(28 de febrero-08 de septiembre del 2014)

Estudió en la Escuela Secundaria Diurna No. 29 «Don Miguel Hidalgo y Costilla» Tlalpan. Era una gran persona, con ideales de izquierda, miembro del Grupo Universitario de Diversidad Sexual (GUDS), defensor de los derechos humanos de los colectivos LGBTTTI. Trabajaba en la iniciativa privada. Gustaba del noticiero de Aristegui y de Jairo. Fue parroquiano de El Taller, asiduo a principios de siglo los viernes y sábados «a ese sitio era al que iba y bailaba horas y horas desde que abrían abajo… fueron días sensacionales para mi».

En el 2013 estaba tomando cursos de astronomía en la UNAM. Amigo de desvelos por Facebook y de conversaciones nocturnas.Tenía una relación de pareja de muchos años con Iván Sánchez. Para los Facebookeros su nick era Chezz Riniet.

Agradecemos a Jorge Barajas, la información.

https://www.facebook.com/cesar.riniet?fref=ufi

MAX MEJÍA SOLORIO

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(Colima 5 de junio de 1949-Tijuana, Baja California 16 de febrero del 2015)

De una familia clase media de Colima, Max aprendió desde niño valores muy  estrictos con respecto al respeto, la solidaridad, la unión que fortaleció mucho el carácter de Max.

Max siempre estuvo seguro de que nunca se descubrió homosexual, los demás lo descubrieron y se lo hicieron saber con las palabras con las que entonces se nos llamaba: maricón, joto, palabras que lo marcarían por la agresividad e intensión del vocabulario.

Estudió la carrera de Antropología Social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, donde era líder estudiantil. En 1974 Max Mejía conoce pro primera vez un bar «de ambiente» El Mío Mondo en la calle de Bucareli, ligándose si saber a unos agentes de la policía que lo golpearon, tal vez por ello Max prefirió el ligue dentro del movimiento gay, que en la clandestinidad de ciertos lugares.

Hacia 1978 Max va a las pláticas que da el Grupo Sex Pol y al poco tiempo se vuelve cofundador del Grupo Lambda de Liberación Homosexual junto con Alma Aldana, Claudia Hinojosa, Xabier Lizarraga, José Ramón Enríquez y Bruce Swansey, un grupo dual, mixto, incluyente, reflexivo, crítico, no panfletario, interlocutor.

En mayo de 1980 sale Max Mejía en el Alarma en una manifestación en la plaza Tlaxcoaque contra la represión policial y las razzias, siendo recibidos por granaderos y policías que estaban cortando cartucho, mientras intentaban bajar a Max, de una maceta en pleno discurso, eran los tiempos en que se pedía una revolución socialista y un socialismo sin sexismo.

En 1982 fue candidato junto con Claudia Hinojosa a una diputación Lésbico Gay por parte del PRT, fundando el Comité Lésbico Homosexual en Apoyo a Rosario Ibarra (CLHARI), esto provoca una crítica incendaria por parte del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria, que más tarde será parte del documento «Eutanasia al movimiento lilo». Esta primera candidatura Lésbico Gay también provocó otras agresiones como la del Parque México, comandado por grupos de ultra derecha. La candidatura sirvió para fortalecer el movimiento al interior de la república, fundando y apoyando a otros grupos de liberación homosexual. Fue en 1982 cuando llegó por primera vez a Tijuana y entró en contacto con Emilio Velazquez.

Durante esa época se dio una restructuración al interior de Lambda, entre los que apostaba por dar servicios para la incipiente comunidad, Max Mejía pensaba en comités autónomos, lo que dió a pie la discusión sobre la supervivencia o disolución de Lambda hacia 1984. Junto con Antonio Salazar y José María Covarrubias, Max Mejía funda Comunidad Gay, cuyo trabajo fue realizar la primera semana de cultura gay en una librería propiedad de Yuri de Gortari, durante esa época se empezaron a suceder las muertes relacionads con el SIDA.

La familia de Max se enteró de su homosexualidad, por una entrevista que le hicieron en la televisión, donde Max hablaba de la situación en que entonces vivían hombres y mujeres homosexuales, sobre el movimiento de liberación homosexual y las reivindicaciones políticas y sociales. Tiempo más tarde, en Colima junto con algunos amigos progresistas y de izquierda funda el primer grupo gay en dicho Estado, su familia al enterarse por la prensa, cerró filas entorno a Max Mejía.

Hacia 1985 es entrevistado por Jorge Saldaña, para hablar sobre los mitos entorno al SIDA. y tratar de deshomosexualizar el síndrome, así como evitar el papel de víctima frente a las cámaras. Hacia 1988 despues de la derrota de Cárdenas, Max Mejía sale de la ciudad de México después de haber roto con el PRT, con el movimiento LGBT, con su trabajo en Programación y Presupuesto, con muchos de sus sueños que se habían truncado, además de estar fichado por haber sido agente sindicalista democrático.

Max Mejía vivió dos años de retiro en San Francisco donde formo la Red de Cultura Civil, donde organizó festivales artísticos y de orgullo gay, empezó a reconstruise, y a revitalizarse, fundando GELAM Gente Latina de Ambiente, despues de haber trabajado la reivinidación de la disidencia sexual por parte de la población latina y de haber impulsado proyectos, elige no regresar a la ciudad de México, pero establecerse en territorio nacional.

Llego a Tijuana en 1991 y rápido se integró a la promoción cultural y a la defensa de los derechos humanos de las poblaciones LGBT, Co fundador del FIGHT y gran apoyo de Emilio Velázquez. Max Mejía, emprendió dos proyectos editoriales, los cuales dirigió: El Arte de vivir que tuvo una existencia de 4 años y Frontera Gay que duró 10 años. A la par de su activismo trabajo en Fotografika, Pendulo Cero y Sabor & Arte Cafetería.

Su vena política lo volvió a atrapar en las elecciones del 2003 donde participó como candidato a diputado federal por vía plurinominal por el partido: México Posible. Uno de los objetivos de Max era el revisar a nivel federal los Códigos Penales así como los Bandos de Policía y Buen Gobierno para que en ellos no quedaran imprecisiones con visiones moralistas decimonónicas, con la que gran parte de la población LGBT había sido extorsionada.

Tras dejar atrás su activismo LGBT se dedicó a la promoción cultural, fundando la asociación civil: Queremos Tijuana, donde impulsó la renovación de Av. Revolución y los pasajes Gómez y Revolución.

Su salud se vio mermada después de un infarto, lo cual modificó su ritmo de trabajo. Fue una de las voces críticas del movimiento Lésbico Gay, después GLBTTTI.

Su cadáver fue encontrado el 16 de febrero, sin embargo existe la posibilidad de que haya muerto el fin de semana.

http://www.frontera.info/…/942657-Fallece-el-promotor-cultu…

http://www.jornada.unam.mx/2003/06/05/ls-max.html

Entrevista realizada a Max Mejia para el proyecto NUEVAS IDENTIDADES DE GÉNERO, PROCESOS CULTURALES Y CAMBIOS SOCIO HISTÓRICOS. El movimiento gay en México (1970-1980) a través de la voz y la mirada de sus protagonistas el 23 de agosto del 2000.

Fotografía tomada de Letra S

MARTÍN ESTRELLA JACOB

MARTÍN ESTRELLA JACOB

Buenos Aires, Argentina, Enero de 1969 – Bs. As. 1999 (¿?)

Alegre, creativo, inteligente y simpático, Martín cautivaba la atención de las personas alrededor con un carisma y una franqueza muy especiales.

Gustaba de la tecnología (incipiente aún) y tenía el sueño de convertirse en actor algún día, además de querer convertirse en activista LGBT.

Pero hay historias cuya veracidad nunca comprobaremos y esta es una de ellas, especialmente por las muchas contradicciones que hay en ella, así que si existieran más datos, agradecería que los compartieran (redacto esta historia a partir de ir atando cabos y de una gran cantidad de entrevistas con muchas personas que lo conocieron, pero nunca tuve acceso a conocer su historia de viva voz).

Martín nace en Buenos Aires, Argentina, y alrededor de los 7 años llega a México con su familia en calidad de exiliados políticos, aunque nunca tuvieron una relación tan cercana con el resto de la comunidad.

Martín era del tipo más bien “nerd”, estudioso y de buenas notas, hijo único de un matrimonio que se veía feliz, y tomó muy en serio su papel de “hijo de familia” hasta que tuvo la oportunidad de visitar a su familia en Bs. As, viaje en el que descubre su sexualidad.

Regresando a México, moría por conocer “El Nueve”, lugar al que asiste y ahí comienza mi relación con él. Los detalles pueden ser omitidos por cuestiones de espacio, pero él era de los que gustaba experimentar cosas y sensaciones nuevas, especialmente cuando se trabaja de cultura y gayacidad (se refería a sí mismo como “una loquita feliz”). Su vida transcurre en México como la de cualquier joven, con altibajos, hasta que sus padres deciden llevarlo a vivir definitivamente a la Argentina, porque aunque tenía el tiempo de residencia necesario en México como para tramitar su nacionalidad, a sus 19 años cumplidos era menor de edad en la Argentina (en aquel entonces, la mayoría de edad se obtenía a los 21 años) y es llevado por la fuerza a su país de origen..

Eran tiempos muy cercanos aún a la Guerra de las Malvinas, y Martín debía hacer su Servicio Militar encuartelado, cosa que le aterraba, por lo que decidió usar el camino fácil (al que muchos jóvenes recurrían para no ser enlistados), y era declararse “homosexual”, por lo que no podría cumplir con el servicio, pero si obtener la cartilla militar liberada.

Por supuesto, la noticia fue muy mal recibida en casa por unos padres estupefactos que aún creían que era un invento de su parte para no cumplir con esa responsabilidad, pero en mala hora, Martín abre su orientación a sus padres y comienza la hecatombe.

Lo primero que hacen es someterlo a una (dudosa) terapia en la que participaban el terapeuta, el papá, la mamá y él, para convencerlo de que sus “amigos”  lo habíamos corrompido y que era sólo una etapa por la que estaba pasando.

Al estar bajo supervisión psiquiátrica (fármacos incluidos), quedaba automáticamente interdictado, de manera que mientras estuviera en tratamiento, no podría obtener un pasaporte ni salir del país sin permiso explícito del médico. También se aseguraron de que ciertas personas no pudiéramos tener contacto con él.

Parte del carisma de Martín se centraba en su enorme seguridad y su claridad de ideas (muy fijas, a veces al grado de convertirse en necedad), y él insistía en estudiar actuación, mientras la familia insistía en que se dedicara a la arquitectura, misma profesión del padre, y con ello, la brecha de comunicación entre él y su familia, se volvió más grande y a ello hay que sumar su gusto por experimentar, lo que lo llevó a consumir substancias que no se llevaban nada bien con los medicamentos.

En algún punto, y con cierta regularidad, su tratamiento incluyó electroshocks, cosa que algunas versiones justifican con que servían para sacarlo de ataques de catatonia, pero desde aquí, la versión es incierta.

La personalidad de Martín se va desmoronando, hasta que queda convertido en un “junkie”, triste, sin estar seguro de qué le gusta en la vida, y habiendo olvidado todo lo vivido en México, de lo que sólo recordaba “que un hombre había cambiado su vida”.

Una vida perdida, desperdiciada por la ambición de los padres quienes (también según ciertas versiones) veían en Martín una “tablita de salvación” porque su exilio no se debía a una cuestión ideológica, sino “a que algo había pasado”, y era justo él, el encargado de recuperar la honra familiar.

La historia es enormemente más larga y más sinuosa, pero termina una tarde de otoño cuando Martín, en algún estado alterado, cae al Río de la Plata u muere por hipotermia.

Hace tiempo que él descansa en paz, pero otros no podremos tener esa paz completa hasta que deje de haber este tipo de prejuicios en las familias.

Mi pregunta es: ¿Martín murió, o fue muerto lentamente a través de ir destruyéndolo?

Queda a juicio de cada quién. Por lo pronto, Martín, hoy deposito tu memoria en este Obituario y con ello te nombro oficialmente “activista”, porque tu historia deberá servir de ejemplo de aquello que debemos evitar.

Nunca dejaré de amarte.

Alfonso

 

 

Buenos Aires, Argentina, Enero de 1969 – Bs. As. 1999 (¿?)

Buenos Aires, Argentina, Enero de 1969 – Bs. As. 1999 (¿?)

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