(Bahía de Banderas, Nayarit 24 de diciembre de 1948 – Ciudad de México 16 de agosto del 2003)
Más conocido como La Pepa o La Cascarrabias. Originario de Bahía de Banderas, tuvo la cercanía de Puerto Vallarta donde conoció sus primeros referentes homosexuales en un ambiente todavía cargado por el fulgor de estrellas como Elizabeth Taylor y Richard Burton. De familia con posibles emigra a la ciudad de México, siempre con el apoyo y aval de su madre.
Con estudios de Psiquiatría en la UNAM, decidió no titularse después de leer sobre la antipsiquiatría. Amante de los autores disidentes como: Genet y Passolini, siempre buscó y peleó por la libertad en todas sus expresiones. Militante del Frente de Liberación Homosexual desde 1971, perteneció al FHAR, Lambda, CLHARI y Comunidad Gay. José María, retomó, adaptó y le dio su sello a un evento de cultural hecha por Hugo Patiño del FHAR y lo sacó de la clandestinidad y le dio visibilidad en el ámbito cultural y plástico a los discursos libertarios de gays y lesbianas.
Co fundador, junto con Jorge Fitchl, su pareja por muchos años, del Círculo Cultural Gay, el cual se dedicó a realizar la Semana Cultural Lésbica Gay, logrando ganar como espacio El Museo del Chopo en 1986. Durante mucho tiempo se dedicó a denunciar la homofobia social y de Estado, haciendo un seguimiento de casos de crímenes de odio, además de ello Jorge y Pepe viajaron por Chiapas para recolectar pruebas y datos de una serie de asesinatos ocurridos a la población trans, este hecho por demás valeroso y su defensa a los derechos humanos le valió en 1998 la distinción del premio Felipa da Souza de la International Lesbian and Gay Human Rights.
Polémico en muchas ocasiones, intenso en otras cosechaba amigos o detractores, tras la separación sentimental con Jorge, se apoyó mucho en sus amigos: Carlos Monsivais, Armando Cristeto, Juan Carlos Bautista, Salvador Salazar, entre otros. Pepe era un excelente anfitrión y cocinero también, solía agasajar a sus visitas y amigos con platillos que salían de sus manos de manera sencilla y cálida.
A pesar de sus contactos, José Maria fue perdiendo el apoyo de grupos y simpatizantes, lo cual a la larga lo convirtió en un huésped de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana. Durante muchos años, le rodeo la idea del suicidio, realizándolo a pocas horas de que concluyera su ultima Semana Cultural.
Su archivo personal fue dividido en partes, solo se conserva lo que resguarda la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, gracias al reverendo Jorge Sosa (qepd).