Carlos Monsivaìs estuvo cercano al Frente de Liberación Homosexual, mandando artículos para ser discutidos por el círculo de Nancy Cárdenas, sin embargo fue siempre renuente a hablar sobre su sexualidad en primera personas, si bien era sabido por todos de su homosexualidad.

Monsivaís fue impulsor y guía de varios activistas e intelectuales gays, casi siempre desde la sombra ya fuere en la Semana Cultural Lésbica Gay en tiempos de José María Covarrubias o el Suplemento Letra S. No todo en Carlos fue positivo, también desde su trinchera ejerció la censura a quienes no eran de su agrado o no eran parte de su equipo.

Carlos Monsivaìs fue prolífico y omnipresente, sus textos se podían encontrar desde antologías, hasta en prólogos, y se llegó a circular el chiste de que pronto prologaría la Sección Amarilla. Su omnipresencia en medios lo hizo totalmente reconocible de tal manera que en cualquier punto era identificado por la población.

Entre su círculo mas cercano se encontraba Jenaro Villamil, José Ramón Enrìquez, Alejandro Brito, Martha Lamas entre otros. Era reconocida su afición a ligar en los baños Rocío de Tlalpan y visitar siempre acompañado algún lugar de ambiente como lo fueran El 14 o el Marrakesh.

Su salud se había eclipsado debido a una fibrosis pulmonar que lo llevo al Instituto Nacional de Nutrición, del cual ya no salió con vida, sus restos fueron velados primero en el Museo de la Ciudad de México para después tener un homenaje luctuoso en el Palacio de Bellas Artes. Su libro póstumo «Que se abra esa puerta» es una recopilación de ensayos y crónicas sobre diversidad sexual, un referente sobre la historia de las homosexualidades en México, desgraciadamente el cronista no ofrece las fuentes, por lo que dependemos de aquello que quiso plasmar como referencias.